Después de estos 50 años, deberíamos tener la perspectiva suficiente para plantear hipótesis sobre el golpe de Estado. El “nunca más” no puede ser solo un grito del corazón o una exigencia moral. Nunca más destruir la democracia, sí. Pero la democracia no terminó de un día para otro; venía arruinándose desde hacía años. Por eso el golpe no sorprendió a nadie: se sabía que venía. Sorprendió por la ferocidad; también sorprendió que lo dirigiera Pinochet, designado dos semanas antes para la Comandancia del Ejército por el presidente Allende, saltándose el orden jerárquico de otros tres generales. Nadie imaginó tampoco, el salvajismo de la dictadura ni que duraría diecisiete años. La pasividad de la derecha es igualmente injustificable: pudo haber hecho mucho más para evitar las atrocidades.
García de la Huerta, M. (2023). Pensar es recordar. Denken ist andenken (Heidegger). Revista De Filosofía, 80, pp. 271–278. Recuperado a partir de https://actascoloquiogiannini.uchile.cl/index.php/RDF/article/view/73386